lunes, 23 de enero de 2012

Entrevista a Amando Lacueva, autor de la novela La guerra del francés, la marca del traidor.


Amando Lacueva (Hellín, 1960) es asesor fiscal en la Agencia Tributaria de Tarragona. Estudió Peritaje Mercantil en la Escuela de Altos Estudios Mercantiles de Barcelona. Pertenece a diversos grupos de escritores y participa activamente en varios foros literarios. Su primera novela, publicada en 2008, El triángulo vikingo (Mundos Épicos Grupo Editorial), es de corte fantástico y  trata sobre las deidades nórdicas y actualmente ya va por la segunda edición. En 2009, Hera Ediciones publica su segunda novela, El sexo sol, obra de ciencia ficción que trata sobre las profecías mayas. Este año verán la luz su poemario “En carne viva” y su cuarta novela “Red final”.

Galaico:  Le agradezco que me dedique un momento de su tiempo para esta pequeña entrevista:

1-Le felicito por el éxito que parece va teniendo La guerra del francés. La editorial
ya está preparando una segunda edición.

AL.-Esas son las últimas noticias que he recibido recientemente de la editorial. Todo  apunta a que el distribuidor solicita más ejemplares y éstos parece ser que se han agotado.
2-Uno de los supervivientes de esa barbarie cometida por Suchet contra la población, dice, en la introducción “que Tarragona y sus héroes claman un lugar en la Historia de esta patria desagradecida”. Entiendo que esta novela es un canto a la Memoria Histórica de los que dieron su vida defendiendo la ciudad hasta el último suspiro, a pesar de que sabían cuál era su fin.

AL.- Cierto. Suchet envió varios emisarios para que el gobernador, el general Juan Sénen de Contreras, entregara las llaves de la ciudad abaluartada, pero ni él ni el comandante en jefe de Cataluña, Luis González de Aguilar, el marqués de Campoverde, después de lo sucedido en Tortosa con el conde Alacha, tenían en mente entregarla. Resistir hasta morir, esa era la consigna, tal y como rezaba el lema de los migueletes de la ciudad “vencer o morir”. Muchos pudieron huir antes del asalto, incluso la dotación del ejército regular encargada de su defensa, elaboró un plan de fuga, pues sabían que sucumbirían ante los tropas imperiales, pero aún así, conociendo el final que les esperaba, la mayoría de la población, las milicias urbanas y los somatenes, prefirieron la muerte.
 3- Me llama la atención que, pese a los crímenes horrendos cometidos contra la poblacióna ese fatídico día, he visto que se celebró en los días 24 y 25 de junio de este año el 2º Centenario de la toma de Tarrago3- casi diezmadna por el sanguinario Suchet. Contradictorio ¿no?. Lo digo porque ante tal masacre no habría lugar a ninguna celebración.

AL.-Realmente lo que se celebró fue una conmemoración coincidiendo con el segundo centenario, para rendir homenaje a la memoria de los héroes que defendieron la plaza. No hubo celebraciones, pero sí actos que honraban las víctimas masacradas en el cobarde y brutal asalto perpetrado por las tropas al mando del general, luego mariscal, Louis Gabriel Suchet, Como ve, nada tiene de contradictorio, pues no fueron días de fiesta, al contrario, se realizaron diferentes conferencias, tertulias, exposiciones en numerosos museos de la ciudad, y actos de homenaje.
 4-¿Por qué se ocultó tanto tiempo lo sucedido?. ¿Quedaba alguien tan mal parado si salía a la luz pública todo lo que pasó hasta el asalto final.

AL.-Es un poco largo de explicar y yo lo único que puedo hacer es comentarte mis impresiones, fruto de la investigación de casi dos años entre manuscritos y bibliotecas. Todo apunta a que el comandante en Jefe de Cataluña, el marqués de Campoverde, no deseaba pasar a la historia como el general que había rendido la plaza ante las tropas Bonapartistas, y menos, después de que el conde Alacha entregara Tortosa. Hay que tener presente, que Tarragona era el último baluarte de Cataluña que no estaba en manos francesas. Todos conocías la importancia de la ciudad, pues disponía de puerto, custodiado por la armada inglesa y se encontraba en un lugar estratégico, dado que impedía que Suchet avanzara hasta Valencia. El marqués, se pavoneaba por las calles de la ciudad diciendo a los vecinos a voz en grito, que Tarragona nunca sería entregada. Luego parece ser que se dio cuenta que no podía presentar batalla al mejor ejército del mundo, que en aquellos momentos reunió unas tropas para el asedio superiores a 30.000 hombres. Tanto el ejército regular, que desapareció con burdos pretextos, como el ejército imperial, tienen mucho que callar y esconder, unos, por cobardes y abandonar la plaza dejando a sus habitantes a su suerte, los otros, por las atrocidades y barbarie cometidas. No me extraña que nada de esto aparezca en los libros de historia. Es una vergüenza para ambos ejércitos. Solo apuntar que el marqués de Campoverde, fue juzgado por sus actos en Valencia tres años más tarde.
 5-¿Hay alguna teoría, por lo que se deduce de la novela, de que hubo alguien o algún cúmulo de circunstancias que allanó la entrada de los franceses en la ciudad?

AL.-Existen muchas pruebas documentadas de que Tarragona fue traicionada y vendida al ejército de Bonaparte. Desde oficios de la Junta Superior de Cataluña, instando al gobernador a que buscara a los conspiradores y espías (algo que sabían muy bien pues tenían un agente de inteligencia en Paris que les había informado), como por la pérdida de diferentes fuertes exteriores que hablan de traición. Te podría enumerar muchos sucesos: como que el fuerte de la Oliva, una construcción exterior que costó 40M de reales de la época, con una dotación de 1200 hombres y 50 cañones de grueso calibre, fue tomado por la misma puerta de entrada al baluarte, dado que los franceses penetraron dando el santo y seña correctos. No obstante, el día anterior la ciudad apareció empapelada de folletos indicando el día y hora del cambio de retén. Esa es solo una muestra, luego podemos seguir con el bochornoso comportamiento de los defensores del arrabal (La ciudad baja), que se embarcaron y dejaron las murallas libres para que los franceses penetraran. O igualmente, el enorme problema que hubo con los rastrillos de las murallas, que todos se encontraban abiertos en el momento del asalto, lo que provocó que los defensores fueran sorprendidos por la espalda. No acabaría de relatar hechos de traición.
6- La Guerra de la Independencia fue una guerra en la que tuvo un papel importante el pueblo: por un lado la guerrilla que hostigaba al invasor y por otro personas anónimas que forjaron leyendas, tras salvar a pueblos y ciudades del invasor con sus heroicas actuaciones. Sin embargo no sabemos si en Tarragona hubo alguien a quien destacar por su valentía.

AL- En mi novela tengo como personajes secundarios a dos héroes de la ciudad, que combatieron valientemente. Uno es el teniente de migueletes Joaquín Fábregas, y el otro, una mujer, conocida por La Rosa, o la calesera de la Rambla. Ambos personajes de mi obra están basados en la vida de ambos, que por suerte, sobrevivieron al asalto.
 7-Ya metiéndonos algo más en el libro, al leerlo, realmente parece que uno se remonta al año 1811.  Uno se hace a la idea de cómo era la vida de aquellas gentes, sus vestimentas, el ambiente en las tabernas, la vida cotidiana que se procuraba llevar pese a todo. ¿Costó mucho trabajo documentarse para acercarnos a ese año y que el lector se sintiera un personaje más de la obra?.

AL-Realmente ha representado un duro trabajo. Escribir una línea, en ocasiones representaba estudiar una veintena de manuscritos durante un mes para dotar al escenario de la mayor realidad posible. Desde buscar vocablos en desuso, hasta los juegos de los críos, pasando por las vestimentas de la época, las costumbres de los habitantes de la ciudad, la construcción de las viviendas, el mobiliario, las gentes que frecuentaban los figones, y un largo etcétera. Sin embargo el tiempo dedicado a la ambientación mereció la pena, pues creo que ha sido un gran logro, por lo menos, esos dicen muchos de mis lectores, que han quedado fascinados por la recreación de la cotidianidad de hace dos siglos.
8-Pese al carácter coral de la novela uno llega a sentir empatía por los personajes, ya fuesen de los llamados buenos o de los malos. El Jerezano, Ixart, el bueno y a la vez bruto de Mingo Prats. En fin, una larga relación de personajes pero muy bien dibujados sus rasgos. Trazar sus personalidades no debió ser una tarea fácil. Lo digo, además, por el equilibrio que veo en todos o casi todos ellos.

AL.-Cada escritor tiene su técnica. Yo estoy acostumbrado a construir una ficha de cada personaje, destacando sus rasgos físicos, sicológicos y sociológicos, lo que me permite mantener el perfil del mismo durante toda la obra. Lo que realmente trabajo, es su perfil sicológico. Me gusta que los personajes tengan vida propia y que se distingan por su comportamiento, luego que cada uno se imagine el físico que desee, pero lo trascendental es que mantengan una misma conducta ante diferentes situaciones y que el lector los pueda distinguir perfectamente por su forma de ser, por su forma de vestir y en último lugar, por su físico.
 9-¿Hay algún personaje de La guerra del francés que tenga algo de usted?

AL.-Todos tienen algo de mí, yo creo que el autor es todos sus personajes, y desde luego, esta pregunta merece un extenso debate entre autores, pensadores y filósofos. Sin dudarlo, todos nacen del autor e imprimes algo tuyo en cada uno de ellos.
 10-Al final de su novela viene una extensa bibliografía. Es una historia novelada, desde luego, pero casi se podría tomar como un ensayo. ¿Se podría decir que es una novela testimonio?.

AL.-Está basada en diferentes crónicas, diarios de personas que sobrevivieron al asalto y un largo etc. Como ves, tengo dos narradores, uno en primera persona como testigo protagonista y el otro omnisciente, sí, sin duda pretende ser un testimonio de lo sucedido.

11-Este año salen a la luz dos obras suyas: un poemario y una novela de corte distinto. ¿La siguiente será una novela histórica o con esta se acabó su aventura en este campo?

AL.-Me gustó haber trabajado con el género histórico. Me he sentido cómodo y satisfecho. He disfrutado construyendo la obra, trabajando los detalles más ínfimos e intentando ser riguroso. Ha sido la primera, cierto, pero sin duda no va a ser la última, de hecho estoy trabajando en algo que verá la luz en 2013, y naturalmente, es histórica.
 
Muchísimas gracias por su atención en nombre de Melibro y seguiremos al corriente de sus éxitos.
Entrevista publicada en Melibro el 1 de diciembre de 2011 y realizada por Galaico.









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